El nuevo Honda NSX es actualmente el automóvil de producción en serie japonés tecnológicamente más avanzado del mundo. Un superdeportivo por derecho propio que pone al alcance del público un sistema de propulsión híbrido similar al que podemos encontrar en automóviles considerablemente más costosos, como el Porsche 918 Spyder.

Y es que como este último, el NSX dispone de un motor de combustión interna apoyado nada menos que por tres motores eléctricos que, en conjunto, son capaces de producir 581 CV de potencia y hasta 698 Nm de par. Unos datos que pueden parecer poco impresionantes si los comparamos con los que ofrecen otros modelos pero que sí lo son y mucho si enfrentamos al nuevo NSX contra el original.
Nuevo Honda NSX: motor biturbo y tecnología híbrida
Porque el primer NSX de la historia, introducido en 1990, equipaba un motor V6 DOCH VTEC de 2.977 centímetros cúbicos que ofrecía 270 CV a 7.100 rpm y 284 Nm a 5.400 rpm vueltas. Cifras que el nuevo Honda NSX prácticamente es capaz de superar solo con sus motores eléctricos, especialmente en lo referente al par motor.

Con tanta potencia y tracción a las cuatro ruedas, el Honda NSX de segunda generación puede acelerar de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos y alcanzar una velocidad punta de 308 km/h. Unas prestaciones muy superiores a las de su predecesor, que era capaz de acelerar de cero a 100 km/h en 5,9 segundos y de llegar hasta los 270 km/h.
A diferencia del primer NSX, el nuevo Honda NSX ha sido diseñado mayoritariamente en Estados Unidos, donde por cierto, se comercializa como Acura NSX. De hecho y para que te hagas una idea de la importancia de este mercado para explicar el resurgimiento del modelo, debes saber que incluso se fabrica en el país. Es más, tiene el honor de ser el automóvil de producción convencional más caro de cuantos se construyen actualmente en Estados Unidos, entre otras cosas, porque el nuevo Ford GT se ensambla en Canadá.

Como sucedió con su antecesor, el diseño del nuevo Honda NSX está condicionado por la ubicación de su motor térmico, que también está situado en posición central-trasera. En este sentido, una diferencia entre ambos es que en el nuevo NSX el bloque V6 biturbo va colocado en posición longitudinal mientras que en el primer NSX, el V6 atmosférico iba emplazado transversalmente.
Y ya que mencionamos el motor de combustión interna, decirte que se trata de una unidad 3.5 V6 biturbo que por sí sola produce 507 CV de potencia y 550 Nm de par motor. Esta motorización tiene la particularidad que sus bancadas de cilindros se asientan en un ángulo de 75 grados cuando la inmensa mayoría de bloque V6 están construidos en 60 o 90 grados. Además, es un motor creado específicamente para esta aplicación y no ‘heredado’ de otro modelo de Honda o Acura.

Este V6 trabaja en asociación con otros tres motores eléctricos para producir una potencia total combinada de 581 CV y 698 Nm de par. Este esquema mecánico le permite disfrutar de tracción a las cuatro ruedas con la que no solo obtiene fulgurantes aceleraciones saliendo desde parado, también aumenta su rendimiento en curva al poder variar la cantidad de potencia y par que llega a cada neumático.
Nuevo Honda NSX: curiosidades de su desarrollo
Durante el desarrollo del nuevo Honda NSX, los ingenieros de la firma japonesa prestaron mucha atención a los modelos de la competencia. Son conocidas varias historias curiosas al respecto, como la que dice que la firma nipona compró al menos dos unidades del Ferrari 458 Italia para evaluar su rendimiento y construcción y que una de ellas fue cortada literalmente por la mitad para ser analizada.

Como resultado de todo esto, el nuevo NSX ofrece un chasis con una rigidez torsional un 300% superior a la del 458 Italia, según Honda. Otra curiosidad tiene que ver con el hecho de que Porsche dejara una nota escrita a mano para los ingenieros de Honda que desmontaron y analizaron un 911 GT3 (prueba), un mensaje oculto en el interior del coche en el que se leía: “Porsche os desea buena suerte, Honda. Nos vemos al otro lado”.
Otro de los vehículos que utilizaron para benchmarking, es decir, para evaluar el rendimiento de su modelo frente a los de la competencia, fue el McLaren MP4-12C, el primer superdeportivo de producción de la firma de Woking. Lo compraron anónimamente en un concesionario de McLaren, donde el coche fue revisado en sucesivas ocasiones. En una de esas revisiones rutinarias, el establecimiento casi descubre para qué estaba siendo usado el coche, pues vieron al analizar la electrónica que había alcanzado una velocidad de 328 km/h y querían saber dónde habían logrado semejante cifra.
Un aspecto igualmente sorprendente del nuevo Honda NSX tiene que ver con sus frenos, que tienen la particularidad de que no tienen una conexión mecánica como tal entre el pedal y las pinzas. Se trata en realidad de un equipo dotado de tecnología ‘brake-by wire’, es decir, las órdenes que el piloto transmite a través del pedal llegan a los frenos por cables, de manera electrónica. Un dispositivo especialmente desarrollado para la ocasión se encarga de transmitir al usuario las sensaciones que transmiten los frenos tradicionales.

Durante el desarrollo del vehículo, los ingenieros prestaron mucha atención a la visibilidad desde el puesto de mando. El primer NSX cosechó muy buenas críticas en este sentido, con un habitáculo rodeado de cristales y con finos pilares. El nuevo NSX cuenta con unos pilares A realmente finos, pues están fabricados de una única pieza junto con los montantes del techo, lo que según la marca, permite que sean unos 33 mm más estrechos que unos convencionales.