Si quieres triunfar, sáltate lo establecido. No, no es es el claim de un anuncio de un perfume, es lo que debió pensar la compañía alemana al desarrollar el coche de la prueba, el BMW X2 20i S drive M Sport. A tenor de los resultados, la idea ha sido todo un acierto.
Sí, tiene la misma distancia entre ejes y la misma anchura que el X1, modelo del que toma la plataforma, pero su longitud y altura es diferente: 8 y 7 centímetros, respectivamente; 17 en el caso de nuestra unidad de pruebas al equipar el paquete M Sport, que, como habrás podido imaginar, es el acabado más deportivo de la gama.
Eso en cuento a las medidas, porque las diferencias más acusadas, también del resto de la gama, las porta su exterior, muy llamativo a la vez que atractivo. El primero de los elementos distintivos es la parrilla, que por primera vez es más ancha en su parte inferior. Es grande y prominente, con lo que le otorga al frontal un aspecto poderoso. El segundo es ‘novedad’ en la marca, aunque lo cierto que es un recurso rescatado del BMW 2000 CS y del 3.0 CSL: se trata de dos logotipos de la marca en cada pilar C. La tercera seña de identidad del BMW X2 de la prueba es la curva Hofmeister, que es más larga de lo normal y no penetra en la línea de la puerta, confiriéndole un aspecto más deportivo. Y el cuarto y último, como no podía ser de otra forma al tratarse de un Sport Activity Coupé, es su línea de techo descendente.
La robustez de la parte frontal también se ve reflejada en la trasera gracias a unos marcados hombros. Redondean la zaga, y nunca mejor dicho, dos tubos de escape de 90 mm de diámetro cada uno. Tampoco pasan desapercibidos los pilotos LED, que combinan la forma de T típica de los modelos X, con el diseño en L de los coupés de la marca de muniquesa. El nuevo color Minano Blau que cubre la carrocería y que me recuerda al Laguna Seca, sí, salvando las distancias, le sienta de perlas.
Accedo al interior y me encuentro un un habitáculo muy bien resulto y bastante parecido al del X1: materiales blandos y gomosos repartidos por el habitáculo, algunos de ellos con pespuntes de tela, un ingenioso y novedosos efecto; molduras en acero, otras en azul brillante, y numerosos huecos portaobjetos.
Además, como BMW que es, todo está orientado hacia el conductor: consola, túnel de transmisión y pantalla del sistema de infoentretenimiento. Esta última, que se puede controlar de forma táctil o desde el mando giratorio de la consola, junto al Black Panel (cuadro de instrumentos) y los asientos deportivos opcionales en tela micro Hexagon y Alcantara, incrementan notablemente la calidad percibida.
Es hora de comprobar cómo van a viajar los pasajeros de las plazas traseras. El espacio para los hombros es holgado, también el de las rodillas. Lo que sí se ve perjudicado por la caída del techo es en altura. A pesar de ello y del techo solar que equipa nuestra unidad de pruebas del BMW X2 20i S drive M Sport, que resta unos centímetros, a mi cabeza le separan cuatro dedos para tocar el techo (mido 1,78 m). El reservado a los hombros si viajan dos personas es suficiente, no así con tres, cuya plaza central sí permite realizar viajes en ella, siempre y cuando soportemos su duro respaldo con escaso mullido, puesto que esconde un apoyabrazos con posavasos. La tercera fila puede variar la inclinación de los respaldos, no así mover longitudinalmente como sí permite el X1.
Por su parte, el maletero cubica 470 litros, una cifra sorprendentemente buena. Cuenta con formas regulares y una boca de carga baja, a pesar de que le separa del suelo 4 cm más que en el caso del SUV.
Sentado de nuevo en el asiento del conductor, gracias a sus múltiples ajustes encuentro rápidamente la posición perfecta. Es el momento de comenzar la prueba dinámica del BMW X2 i20 s Drive. Para ello pulso el botón de encendido. Tengo que mirar el cuentarrevoluciones para confirmar que el motor está en marcha. La compañía ha logrado una sensacional insonorización de su propulsor de cuatro cilindros y 192 CV, también a ralentí. Pero es que a alta velocidad tampoco se aprecia apenas ruido, dando la impresión de que se circula a mucha más de lo que realmente se mueve el vehículo. Este motor de cuatro cilindros (en el caso del 18i es de tres) tiene una respuesta rápida y enérgica que se hace más acusada a partir de las 2.000 rpm y que va in crescendo manteniéndose casi hasta el corte, que se produce a 7.000 vueltas. Eso en el modo Sport, porque en los otros dos, Confort y EcoPro, la entrega de potencia es más mitigada, pero también por ello los consumos son más contenidos. Trabaja de forma sensacional con el cambio automático de doble embrague y siete relaciones, rápido y ausente de tirones, y va acompañado de un sonido deportivo bastante conseguido. Asimismo, este alegre motor ofrece buenas recuperaciones y un consumo medio de 8,6.l/100 km, una buena cifra para su potencia, peso y altura.
Entre sus rivales es el coche que más sensaciones deportivas ofrece al conductor. Influye la suspensión, que al ser la M Sport es más dura que la de serie. A pesar de ello, incluso en el modo más deportivo, filtra muy bien las irregularidades de la calzada, manteniendo firme la carrocería y brindando un paso por curva rápido. También la dirección, precisa y rápida, pero con un tacto al que he necesitado cierto tiempo de adaptación. Además, es demasiado sensible al asfalto rugoso y en aceleraciones fuertes desde baja velocidad exige agarrar con fuerza el volante.
El BMW X2 es un coche que se caracteriza por su imagen y por sus cualidades dinámicas de las que todos sus rivales carecen. Con el motor de la prueba, el BMW X2 i20 s Drive M Sport ofrece un rendimiento muy bueno. Lástima que su precio sea alto y su equipamiento de serie, escaso.
A destacar | A mejorar |
Imagen | Dirección algo nerviosa |
Respuesta y baja rumorosidad de su motor | Sistema de detección de ángulo muerto no disponible |
Maletero | Plaza central trasera |
Ficha técnica BMW X2 20i S drive M Sport |
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Motor | Cilindrada | 1.998 cc |
Cilindros | 4 en línea | |
Potencia Máxima | 192 CV / 5.000 – 6.000 rpm | |
Par Máximo | 280 Nm / 1.350 – 4.600 rpm | |
Transmisión | Caja de Cambios | Automática doble embrague, 7 velocidades |
Tracción | Delantera | |
Suspensión | Delantera | McPherson, Resorte helicoidal, Barra estabilizadora |
Trasera | Paralelogramo deformable, Resorte helicoidal, Barra estabilizadora | |
Dimensiones | Longitud | 4.360 mm |
Anchura | 1.824 mm | |
Altura | 1.516 mm | |
Distancia entre Ejes | 2.760 mm | |
Alimentación | Tipo de Alimentación | Inyección directa, turbo |
Peso | Peso | 1.535 kg |
Prestaciones | Velocidad Máxima | 227 km/h |
Aceleración 0-100 km/h | 7,7 seg | |
Consumos | Urbano | 6,8 l/100 km |
Extraurbano | 4,8 l/100 km | |
Combinado | 5,5 l/100 km | |
Emisiones | Emisión CO2 | 126 g/km (Euro 6) |
Precio | Precio final | Desde 46.977 euros |
Fotos: Álex Aguilar