Reloj de lujo
Bentley tuvo el honor durante un período de tiempo de contar con el extra más caro que se le podía poner a un vehículo. El modelo en cuestión era el (prueba) Bentley Bentayga, cuyo salpicadero podía estar decorado por un reloj automático de lujo firmado por Breitling que costaba la friolera de 200.000 euros.