Toyota GT-One
Se desarrolló para correr el Le Mans en la categoría GT1, pero impactó por un diseño peculiar que recordaba a categorías superiores, a algunos de cuyos integrantes incluso llegó a superar. Gran parte de la responsabilidad de esto recae en su motor, un bloque 3.6 V8 sobrealimentado por dos turbos Garrett que desarrollaba 600 CV y 350 Nm de par máximo.