Seat Toledo
La tercera generación del Seat Toledo fue un auténtico despropósito. Tras el triunfo de sus antecesores, la firma española se la jugó con una especie de monovolumen con un ‘culo’ incrustado en la parte trasera. Compartía muchísimos elementos con el Seat Altea, un coche más lógico y que tuvo mucho más éxito. Aun así, el 2.0 TDI de 140 CV resultaba interesante por su motor y su espacio interior.