Lamborghini Aventador

Entrar y salir de la cabina del (prueba) Lamborghini Aventador es un completo reto. Para empezar, el hueco para acceder al habitáculo es más bien limitado. Además, hay un obstáculo horizontal en la zona inferior que te lo pone más difícil. Y para colmo se trata de un superdeportivo bajísimo, algo lógico por otra parte.