Ford Pinto

El caso del Ford Pinto es sonrojante. Sin duda, uno de los coches más peligrosos de conducir. Pero no por su comportamiento, sino por la fragilidad de su depósito de combustible, que se rompía tras cualquier pequeño golpe. Debido a ello murieron casi 1.000 personas. Lo peor de todo es que Ford conocía el problema y se negó a solucionarlo a cambio de un coste ridículo. Se vio obligado a hacerlo a posteriori, pero ya fue muy tarde.