En mayo de este año, BMW sacaba a la luz una versión del M3 Coupé denominada Edition Models. Un vehículo muy bonito, sin duda, pero a las personas que les gusta este coche desde que saliese la primera generación, querían más, tal vez el sustituto del M E46 CSL.
Pues bien, BMW ha creado una máquina de competición “adaptada” a la calle. Se trata del M3 GTS, un vehículo que monta un propulsor V8 de 4.4 litros capaz de rendir 450 CV, 30 CV más que el V8 4.0 del M3 base. La fuerza del motor se transmite a las ruedas traseras mediante un cambio automático de doble embrague denominado DKG.
Con la supresión de las plazas traseras, el climatizador y el equipo se sonido, el peso del vehículo es menor. Además, con la utilización de materiales ligeros como la fibra de carbono o la sustitución del la luna trasera de cristal por una realizada en Makrolon (plástico duro transparente), se ha conseguido que el peso del M3 GTS no pase de los 1.565 kg, 110 kg menos que el M3 Coupé con el mismo cambio automático.
Destaca por su aspecto tan radical, tanto exterior como interior. El parachoques delantero lleva una moldura aerodinámica que junto con el alerón de grandes dimensiones montado sobre la tapa del maletero, permiten una mayor carga aerodinámica. Igual que estos dos elementos, las tomas de aire frontales, las laterales, el techo y las llantas de aleación vienen pintadas en negro brillante. Éstas son de mayores dimensiones que las llantas opcionales del M3 de serie, 19 255/35 y 19 285/30 frente a 19 245/35 y 265/35.
El habitáculo presenta notables diferencias respecto al modelo base. A parte de la supresión de las banquetas traseras, las delanteras han sido reemplazadas por unos bacquets de competición con cinturones de seis puntos de anclaje. Lleva barras antivuelco pintadas en el mismo color que la carrocería. Entre éstas y los asientos se sitúa un pequeño extintor similar a los coches del WTCC.