Temperatura
Lo que sí afecta a la degradación de la batería es la temperatura ambiente. El frío excesivo ralentiza la tasa de carga de un coche eléctrico y limita su autonomía temporalmente. Mientras tanto, el calor es beneficioso para una carga rápida, pero la exposición prolongada a temperaturas elevadas puede dañar las celdas. Los expertos aconsejan que, si el vehículo está estacionado en la calle durante largos períodos de tiempo, es mejor dejarlo enchufado, así el sistema podrá utilizar la toma de corriente para acondicionar la batería.