8. La radio, ese peligro

Hoy, casi ni nos podemos imaginar un coche sin ella. Pero en los años 30 la radio a bordo estuvo a punto de prohibirse. Sus detractores en aquella época, cuando comenzaba a extenderse, decían que distraía al conductor, que para cambiar de emisora había que apartar los ojos de la carretera y que la música lenta podía provocar somnolencia. Llegaron a proponerse leyes en varios estados de Estados Unidos: Massachusetts, Nueva York, Nueva Jersey, Illinois, Ohio… Aunque ninguna triunfó. La idea, no obstante, caló durante un tiempo: en una encuesta de 1934, el 56% de los miembros del Auto Club de Nueva York consideraban a este invento una «distracción peligrosa».