Sordo: «Si no he ganado aún, ha sido por mi culpa»

Rafa Torre Poo, redactor de `El Diario Montañés´, ha… realizado una extensa entrevista a Dani Sordo, piloto español que acaba de fichar por MINI para disputar el Mundial de Rallyes. En ella habla de su futuro en la marca y de su pasado en Citroën.

Mucha gente se pregunta por qué Dani Sordo no ha ganado todavía un rally del Mundial y él se hace todos los días esa misma pregunta. En ocasiones, ha llegado hasta a «obsesionarse». Poco amigo de las excusas, sí admite que las órdenes de equipo le han perjudicado durante estos años, pero al instante rectifica y se atribuye toda la culpa. Demasiado obediente, su buena conducta le ha supuesto tener que abandonar su equipo de toda la vida. Ahora le toca reinventarse y buscar un nuevo futuro. Mini ha llamado a su puerta. No le pueden garantizar, de momento, ganar ese rally del Mundial que tanto busca, pero son los que más le valoran. Los que de verdad han apostado por el cántabro. Sobre todo, en una época donde se ha puesto de moda el pagar por correr.

-¿Por qué Mini?
-(Se lo piensa). Porque creo que es el único equipo que realmente quería que estuviese con ellos. Estaban ilusionados, aunque el proyecto este año va a ser reducido. El próximo será la temporada completa. Además, detrás de Mini están BMW y Prodrive, dos empresas que han hecho mucho en los rallies.

-Pero, ¿la apuesta de la marca es seria o es un capricho de un par de años?
-Imagino que, al contar con el visto bueno de BMW, el proyecto será serio. No creo que quieran hacer las cosas a medias.

-¿Cómo le convencieron?
-Fue fácil. El principal escollo, al principio, era que no iban a participar en todo el campeonato. Lo que más me interesaba a mí era correr todas las pruebas. El equipo no puedo decir que vaya a ser menos competitivo que otros. De momento, estamos trabajando en el coche, tanto en el motor como en las suspensiones, lo habitual de cuando se comienza a desarrollar un vehículo. En Ford las cosas estaban difíciles, en Citroën también. Mini era una de las ofertas que me quedaba.

-Su prioridad siempre ha sido ser piloto oficial, ¿no?
-Sí. Lo importante es estar ahí. Sobre todo, que la gente sepa valorar tu trabajo y no que te pidan dinero por correr.

-Pero los otros fabricantes le ofrecían vehículos más competitivos…
-En Ford podíamos correr con un coche privado, en Citroën también, pero poniendo dinero y, entonces, ya no es lo mismo. No he fichado por Mini porque sea la única oferta que me quedaba. No había problemas para reunir la cifra necesaria para correr en Ford, pero creo que es más interesante pilotar en un equipo en el que te valoren más como piloto que como ‘pagador’.

-¿Conducir un coche que este año no luchará por la victoria es un paso atrás?
-Depende de cómo lo mires. Un paso atrás sería pagar para poder correr. Mini es un equipo que igual es menos competitivo, pero estamos hablando antes de tiempo porque no sabemos cómo va a funcionar. No puedo dar un paso hacia adelante porque he estado trabajando en el mejor equipo que es Citroën, con el mejor coche y con el mejor compañero de equipo (Loeb), que es ocho veces campeón del mundo. Más que eso, es difícil. Llegar a Mini es un paso diferente.

-Entonces, tendrá que cambiar el ‘chip’ para este año…
-Sí, sobre todo porque, en principio, vamos a correr pocas carreras. Un equipo nuevo, idioma nuevo… Todo es diferente. Después de llevar cinco años trabajando con la misma gente, por un lado te da pena pero, por otro, te da motivación.

-¿Estará el Mini a la altura de los Citroën o de los Ford?
-Si miramos el tiempo que llevan preparando ellos los coches, Mini tiene menos kilómetros recorridos. Esta temporada va a ser de transición e intentaremos que todo lo que trabajemos a principio de año dé sus frutos en el futuro.

-Tras cinco años en el Mundial, mucha gente se pregunta por qué no ha ganado aún un rally…
-Esa es la pregunta del millón. Quizás no habré ido lo suficientemente rápido como para ganar. Honestamente, he tenido alguna oportunidad, pero también me han mandado aflojar para que ganara Loeb. Las órdenes de equipo son difíciles de explicar. Cuando, como yo, tienes que hacer otras cosas como coger puntos y no puedes fallar, quieras o no tu cabeza no te permite ‘tirar’ al cien por cien. Pero si no he ganado aún, ha sido por mí. He hecho 18 segundos puestos y no sé… Muchas veces me he echado a la cama preguntándome el por qué. Ha sido una especie de obsesión. En principio, me decía: ya vendrá, ya vendrá… Pero, al final, no ha llegado. Es una espina que tengo clavada que algún día espero quitármela. Ahora empieza una nueva época. Este año seguro que no gano ninguna, pero el año que viene, con el Mini más competitivo, ya se verá.

-Luis Moya dice que su problema estos años es que ha sido demasiado obediente…
-Sí, he sido demasiado bueno y de eso me arrepiento. Quizás no me hubiera ido tan bien, pero he pecado, como siempre me ha dicho Loeb, de ser demasiado buena gente con todo el mundo. Me gusta que la gente me quiera, pero a veces preferiría ser como Ogier (su otro compañero en Citroën), que no cae bien, pero él va a lo suyo y consigue victorias. Pero ya he aprendido. A partir de ahora no hay ni compañeros de equipo, ni amigos. Desde hoy iré con la pistola cargada.

-Ya ha probado el coche en tierra y en asfalto. ¿Qué le ha parecido?
-Un poco flojo de motor todavía. Es la segunda evolución de cinco. Lo bueno es que vendrán más caballos de potencia, que es lo importante. Ahora, lo más importante es el motor y la suspensión.

-¿Cuántos rallies tiene confirmados?
-Todos desde Cerdeña, que es en Mayo, quitando Argentina e intentando hacer también Portugal. En Suecia intentaré estar por mi cuenta con un grupo N.

-¿Cuál es el objetivo para el segundo año?
-Intentar luchar por las victorias. Si digo lo contrario no sería lo correcto. Es lo que el equipo quiere. Intentaremos hacer todo lo que podamos para conseguirlo, pero no depende de mí. BMW tiene que hacer un buen motor porque todavía estamos un poco lejos, Ohlins trabajar en la suspensión… Hay mucho trabajo por delante, pero la gente está muy motivada.

-Además, firma como primer piloto, ¿no?
-Sí, por supuesto. Si hay que tomar una decisión se tendrá más en cuenta mi opinión. Lo mejor es que tengo un proyecto donde la gente me escucha, me valora y las ideas que doy las anotan y las prueban.

-Después de los test que hizo dijo que lo que más le llamó la atención del coche fue la luna delantera. ¿Eso es bueno o es malo?
-(Risas). El coche, aerodinámicamente, es diferente. Muy diferente al resto. Tiene las formas más cuadradas, como en el Mini antiguo. Cuando me subí dentro, la primera anécdota fue que el asiento estaba muy atrás y que la luna estaba completamente recta en un ángulo de 90 grados. Como si fuera un camión (risas). Pero sí, es verdad que eso fue lo primero que me llamó la atención.

-Además, ha participado en el desarrollo del Citroën DS3. ¿Está muy lejos de su nuevo vehículo?
-Honestamente, Citroën está por encima del Mini, pero es normal porque ellos comienzan el campeonato en Suecia. Llevábamos un año y medio trabajando en el DS3. El Mini sólo ha completado tres jornadas de test. El Citroën, después de tres jornadas, tampoco era competitivo. Ya veremos si lo es cuando llevemos el mismo tiempo de evolución.

-¿No le habrán fichado como espía?
-No. Tampoco les he dicho mucho, porque esono sería muy ético. Les he podido aportar lo que yo sentía en el Citroën, mis sensaciones personales en el coche. Los datos técnicos no se los comentan ni entre los ingenieros, como para habérmelos dicho a mí.

Repaso a 2010
-Hábleme de su última temporada. ¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de 2010?

-Tengo bastantes malos recuerdos. Sobre todo, en Suecia, cuando vi que la temperatura del motor subía porque se nos había olvidado quitar una cosa. Ahí dije: ‘Tierra trágame’. Parar en un tramo cuando luchas por el podio no es plato de buen gusto. En Cataluña fue otro momento duro, porque esperaba estar más arriba. Sobre todo, el primer día. Después, el segundo todo mejoró. La salida tonta en México también es otro momento.

-¿Algún momento bueno habrá habido?
-Los momentos buenos se me olvidan rápido, recuerdo siempre más los malos. Lo cierto es que no recuerdo especialmente ninguno positivo en toda la temporada. Quizás algún tramo en Suecia y Finlandia.

-¿Se marcha de Citroën con cierto rencor?
-No. Me voy con la pena de no haber ganado ningún rally. Creo que en Citroën se han portado bien conmigo. Seguro que han hecho alguna cosa mal, pero yo también. Yo me marcho por la puerta grande. Ahora, Oliver Quesnel (el jefe de Citroën), que nunca me había mandado mensajes ni correos electrónicos, me envía más que nunca. Somos más amigos que antes. Poca gente en Citroën puede tener una queja de mí. Al irme, me hicieron un regalo especial, que fue la maqueta del coche en grande y con una tabla negra con las dedicatorias de todos.

¿Respiró aliviado cuando supo que Quesnel no iba a ser su jefe?
– Yo creo que Quesnel tiene un especial amor por Ogier, pero yo no puedo tener queja de él. Ha sido mi jefe dos años y no puedo decir nada malo. No sé cómo será mi próximo jefe. Espero que sea honesto y que me diga las cosas a la cara y en el momento exacto, y no por detrás.

-¿Se arrepiente de no haberse ido antes?
-No. El problema que ha habido en Citroën ha sido Loeb, que no le he podido ganar. No me arrepiento de no haber salido antes. Siempre he estado a gusto allí. Además, nunca tuve una oferta en firme encima de la mesa.

-Y la llegada de Ogier ha supuesto, finalmente, el pasaporte para su salida…
-En parte, sí. Es como cuando yo desembarqué en el Mundial con el Xsara e hice buenas carreras. En esos momentos, te creces porque eres el ‘gallo’. Lo mismo ha pasado con Ogier, pero él ha ganado rallies. Él ha pisado el acelerador mucho más que yo

Rafa Torre Poo

www.diariomontanes.es

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