Antonio Miguel Carmona, candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid, ha prometido la «supresión o limitación de los vehículos diésel en la ciudad con el horizonte en 2020, en línea con lo decidido por el Ayuntamiento de París». Y es que la capital francesa quiere prohibir los coches diésel a partir de ese año. ¿Las razones?, los elevados niveles de dióxido de nitrógeno que originan, en su mayor parte, las mecánicas de gasóleo.
Estos niveles de contaminación los provocan los ciudadanos que emplean sus vehículos a diario en sus desplazamiento, centrándonos en los que conducen coches con motores diésel antiguos. El límite legal de dióxido de nitrógeno establecido en 2010 por la Unión Europea es superado por la ciudad de Madrid, razón por la que, en días claros, se aprecia esa nube gris que envuelve la capital.
La responsabilidad del Ayuntamiento es limitar el tráfico de esos vehículos para reducir los riesgos causados por los niveles de contaminación, de los cuales, la Organización Mundial de la Salud, atribuye una de cada 20 muertes asociada a la contaminación. Según el balance municipal, los niveles de contaminación han sido reducidos de 45 a 35 microgramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno entre 2011 y 2014, pero en muchas estaciones de medición sigue sobrepasándose el límite establecido por la Unión Europea.
Una de las medidas que tomó el gobierno francés el pasado mes de marzo, debido a la situación crítica que atravesaba París debido a los niveles de contaminación, fue la restricción parcial del tráfico durante unos días. Sólo se permitía la circulación de vehículos con matrícula par o impar en jornadas alternas, mientras que el transporte público y el alquiler de bicicletas fueron gratuitos esos días. Un informe reveló que los niveles de contaminante se redujeron en un 20%.
Una medida similar a la parisina se tomó por el gobierno de Ana Botella en julio, aunque no pasó de ser un protocolo para situaciones críticas de contaminación. Se restringiría el tráfico en el centro, según la matrícula y el día, se prohibiría aparcar en cada barrio a los vehículos que no pertenezcan a los vecinos y se limitaría la velocidad a 70 km/h en autovías. Este protocolo no está todavía en vigor, y no se espera que sea adoptado hasta el próximo mes de febrero.
Fuente: El País
Imágenes: pedrojperez
