PRUEBA: SsangYong XLV 2016

Prueba SsangYong XLV

El SsangYong XLV 2016 es la última incorporación a la gama de productos del fabricante surcoreano. Lejos de lo que pueda parecer, el XLV no es una versión más grande del SsangYong Tivoli (prueba), sino que la marca ha preferido posicionarlo como un modelo inmediatamente a continuación del SsangYong Rodius (prueba), una alternativa de cinco plazas para familias activas que buscan un coche capaz ante cualquier situación, y el XLV es una respuesta a estas demandas.

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Si, se parece al SsangYong Tivoli pero más grande, aunque guarda algunos rasgos de diseño propios. El frontal es una réplica del Tivoli en el XLV, pero el parachoques incluye un nuevo diseño con inserciones de símil fibra de carbono que es un aspecto diferenciador. Mantiene las características protecciones en los bajos como los crossover, aunque SsangYong no lo clasifica dentro de este segmento, así como el techo flotante y las nervaduras marcadas en los laterales características del nuevo lenguaje de diseño de la marca.

Prueba SsangYong XLV

Sin embargo, en la zaga es donde el SsangYong XLV 2016 se diferencia del Tivoli. Incluye una tercera ventana lateral, el pilar C sigue siendo igual de ancho y marcado pero el añadido pilar D crea de nuevo un efecto visera con el techo. Cuenta con un nuevo alerón, faros rediseñados, un maletero con una caída más plana y un parachoques más conservador y menos definido. Es cierto que se asienta sobre la nueva plataforma de la marca, la cual estrenó el Tivoli y dará soporte a un tercer modelo el próximo año con código interno ‘C300’, pero es ligeramente más largo y alto (y pesado), concretamente 238 mm de longitud y 15 mm de altura adicional.

En el interior se repite la jugada. El SsangYong XLV que he probado cuenta con el mismo habitáculo que el Tivoli, pese a contados detalles que mejoran la habitabilidad. Destaca el volante, con las inserciones en negro piano y los paneles de las puertas con un tapizado de estilo trenzado muy agradable tanto visualmente como al tacto. Uno de los aspectos destacados del XLV, al igual que el Tivoli, son los numeroso compartimentos para objetos, destacando la guantera libre para el acompañante, el apoyabrazos central, el espacio en la consola o los seis botelleros distribuidos por las puertas y el túnel de transmisión.

interior Prueba SsangYong XLV

Lo que nos permite diferenciar al hermano menor del SsangYong Rodius del modelo más pequeño de la gama de SUV de la marca, es su capacidad de carga. El maletero tiene una capacidad de carga de 574 litros útiles, llegando a ser de 720 litros al acceder al doble fondo y hasta la altura del respaldo de los asientos traseros. La capacidad de carga se verá reducida si optamos por la rueda de repuesto opcional. Además, si abatimos la segunda fila de asientos accedemos a un total de 1.440 litros de carga útil, una clara diferencia frente a los 423 y 1.115 litros de capacidad del Tivoli.

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Una vez llegados al apartado de motorizaciones nos encontramos con dos bloques diferentes. Por un lado tenemos la unidad de gasolina atmosférico de 1.6 litros con 128 CV y 160 Nm de par con consumos oficiales de entre 6,8 y 7,6 litros y unas emisiones de entre 159 y 172 g/km. Al otro lado de la balanza encontramos el propulsor diésel de 1.6 litros con una potencia de 115 CV y 300 Nm de par, el cual nos brinda consumos de entre 4,5 y 5,9 litros a los 100 km, así como unas emisiones que van desde los 117 a los 154 g/km. Al mismo tiempo, dos transmisiones están disponibles. Una manual de seis velocidades desarrollada por Hyundai, y una automática firmada por Aisin.

Prueba SsangYong XLV

En el aspecto de la conducción, durante mi breve toma de contacto con el SsangYong XLV pude determinar que es en cierta medida prácticamente idéntica a la del Tívoli, a excepción, por supuesto, del incremento de tamaño y de peso correspondiente. Mi prueba se centró en una unidad con motor diésel y cambio manual. Lo mueve con soltura y se presenta estable en curvas aunque con cierta tendencia al balanceo, resultado de su elevada altura de 167 mm y sus ángulos de ataque, salida y ventral de 20, 20,8 y 17 grados, respectivamente.

Tres niveles de equipamiento están disponibles en el SsangYong XLV 2016 -Line, Premium y Limited-, donde podemos destacar las llantas de 18 pulgadas, el arranque por botón, el sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil, el climatizador bizona, sensores de luz y lluvia, techo solar, volante y asientos delanteros calefactados o el airbag de rodilla, entre otros como parte del equipamiento de serie. En cuanto al equipamiento opcional, tan solo el navegador para los acabados Line y Premium, así como la rueda de repuesto para todos los acabados conforman la carta de opcionales.

Cuadro de mandos SsangYong XLV

En cuanto a precios, el XLV 2016 ofrece descuentos de entre 2.000 y 2.250 euros como parte de la campaña de lanzamiento, situando las cifras de acceso para un XLV con acabado Line y el motor gasolina con cambio manual en 16.650 euros, mientras que la opción más cara sería un XLV con motor diésel automático y el acabado Limited, el cual llega a los 24.000 euros.

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El SsangYong XLV parece una apuesta arriesgada, pero el trasfondo es bien distinto. El segmento de los monovolúmenes compactos experimenta un crecimiento sustentado durante los últimos tres años y la firma surcoreana, con uno de los monovolúmenes más exitosos de siete plazas (el Rodius) no contaba con una alternativa con cinco asientos para familias menos numerosas.

Maletero SsangYong XLV

Sin duda alguna, SsangYong se apoya en tres pilares fundamentales con los que argumentan un previsible futuro éxito gracias al XLV. En primer lugar, el renovado diseño que ofrece una aceptación positiva gracias al Tivoli. La segunda carta es su enorme capacidad de carga, con 574, 720 y 1.440 litros en función de la disposición del maletero y los asientos, mientras que en tercera posición, su precio. Con cifras finales que no varían por temas de financiación o el Plan PIVE, el XLV se posiciona a la cabeza frente a modelos de la competencia como son el Citroën C4 Picasso, el Ford C-Max o el Fiat 500L.