PRUEBA: MINI John Cooper Works

La actual generación del MINI más pequeño está a punto de decirnos adiós, ya que aunque todavía permanece a la venta, en breve su sustituto estará entre nosotros: el MINI 2014. Para despedirnos por todo lo alto del modelo, hemos puesto a prueba el MINI John Cooper Works, nuestra versión favorita de cuantas hay disponibles, tanto por estética como sobre todo, por prestaciones y rendimiento.

Puede que el MINI John Cooper Works de la prueba no sea ni la versión más radical ni exclusiva del pequeño coche británico, ya que la versión GP se sitúa un escalón por encima en ambos aspectos. Si bien, la condición de edición limitada a 2.000 unidades del GP y su radicalidad lo convierten en la opción menos racional, sobre todo si nos fijamos en su precio: 41.700 euros -o lo que es lo mismo, 10.000 euros más caro que el modelo que hoy nos ocupa-.

Estéticamente, el MINI JCW se desmarca de sus hermanos de gama gracias al kit aerodinámico específico. Este incluye los paragolpes con un diseño más llamativo y deportivo, las taloneras o el alerón sobre el portón del maletero. También son exclusivas de esta versión las llantas de aleación de 17 pulgadas, la doble salida de escape -en el Cooper S también es doble, pero tiene un diseño ligeramente distinto y no emite un sonido tan profundo como en el JCW- y los frenos de disco sobredimensionados con pinzas fijas en el eje delantero.

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Tampoco os vamos a contar nada a estas alturas que no sepáis sobre el diseño del MINI John Cooper Works de la prueba, por eso hemos querido centrarnos en su comportamiento dinámico y en analizar el rendimiento de su mecánica. Y es que si tuviésemos que destacar un único aspecto de este bólido sería precisamente su motorización, pues ofrece un rendimiento espectacular para su cilindrada -131 CV por litro- con unos consumos de carburante reducidos para lo que es capaz de ofrecer -oficialmente homologa un gasto mixto de 6,6 l/100Km que en el mundo real, se quedan en algo más de 8 l/100Km -.

Este propulsor es fruto de la colaboración entre el Grupo PSA y BMW. Son muchos los modelos que recurren a él -por ejemplo, el Peugeot 208 GTi– pero sin duda, la mejor cara de este bloque la podemos encontrar en el MINI JCW. Eso se debe, en parte, a la puesta a punto específica y a los numerosos componentes que ha ‘heredado’ de la versión de competición, el MINI Challenge. Cuenta con un turbo de tipo Twin-Scroll de mayores dimensiones -capaz de ‘soplar’ a 1,3 bares-, componentes internos reforzados y una línea de escape menos restrictiva.

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Con una cilindrada de tan sólo 1.598 centímetros cúbicos, este bloque de cuatro cilindros en línea es capaz de entregar 211 CV a 6.000 rpm y 280 Nm de par motor entre 2.000 y 5.300 vueltas. Este motor puede estar ligado a una transmisión automática de seis relaciones o, como en el caso del MINI John Cooper Works de la prueba, con una caja de cambios manual con idéntico número de velocidades. Ésta última, como en todos los modelos de MINI, está firmada por Getrag y para la ocasión, se han reforzado sus componentes internos para que pueda soportar el abundante par motor disponible.

Uno de los aspectos que más nos ha gustado es el fantástico tacto que ofrece, con recorridos cortos y precisos. Si tuviéramos que ponerle alguna pega en este apartado sería sobre su ubicación, pues el pomo y la palanca en sí quedan demasiado bajos con respecto al volante cuando practicamos una conducción deportiva y para el día a día, quizá su tacto resulte demasiado duro -sin embargo, esto último se agradece cuando rodamos rápido-. Las relaciones de esta transmisión son realmente cortas y dotan al modelo de una tremenda capacidad de aceleración y de recuperación, como demuestran los 6,5 segundos que tarda en alcanzar los 100 Km/h desde parado o los 5,2 segundos que necesita para pasar de 80 a 120 Km/h en cuarta velocidad -6,2 segundos en quinta-.  La velocidad máxima es de 238 Km/h.

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Con 211 CV y un peso de 1.235 kilogramos, este MINI JCW es un auténtico ‘cohete de bolsillo’. Los neumáticos del eje delantero -en medida 205/45 R17- no se pueden permitir ni un minuto de descanso, pues son los encargados de transmitir todo ese rendimiento mecánico al asfalto y es fácil que pierdan tracción si cargamos en exceso el pedal del acelerador. Por desgracia, aunque ‘heredó’ varios componentes del MINI Challenge, el diferencial autoblocante mecánico no fue uno de ellos.

En su lugar, encontramos un sistema electrónico de tracción que intenta emular la acción del autoblocante frenando el neumático que pierda tracción para que la potencia pase a la rueda con más grip. Como es lógico, no es tan efectivo como el primero pero sólo lo echarás en falta si eres un habitual de los track days. El principal problema de este tipo de sistemas electrónicos es que someten a una carga excesiva de trabajo a los frenos delanteros, aunque en este caso, gracias al generoso equipo que monta -con pinzas fijas con discos de 316 milímetros de diámetro en el eje delantero y 280 mm en el posterior- y a la eficaz puesta a punto del chasis, en ninguna situación notamos una bajada de rendimiento apreciable.

PRUEBA MINI JCW (6)

Y por fin llegamos a uno de los aspectos más personales del MINI JCW de la prueba: su comportamiento dinámico. La palabra kart aparece varias veces en los dosieres de prensa para definir el comportamiento de los modelos de MINI y el JCW no iba a ser menos. En la práctica trasmite unas sensaciones que nos han recordado, aunque sea remotamente, al comportamiento de esos divertidos pero exigentes aparatos. Esto lo consigue gracias al rígido tarado de suspensiones y a la presencia de gruesas barras estabilizadoras en ambos ejes, lo que permite que los balanceos de la carrocería sean casi inexistentes.

Si a esto le añadimos la corta distancia entre ejes -2,46 metros-, comprenderéis que estamos ante uno de los coches más manejables del mercado. Cambia de dirección con una facilidad pasmosa y el preciso tacto de la dirección nos transmite confianza cuando nos aproximamos al límite. Si bien, aunque todas estas características que os estamos contando son ideales para practicar una conducción deportiva en carreteras ratoneras -cuantas más curvas y más cerradas sean, mejor nos lo pasaremos-, no lo son tanto para el día a día o para viajes largos por pecar de un comportamiento demasiado ‘nervioso’.

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En definitiva, el MINI John Cooper Works es un producto que se distancia claramente de sus competidores tanto por diseño como por comportamiento, aunque próximamente veremos qué tal se desenvuelve frente al Polo más deportivo de la historia (Prueba Volkswagen Polo WRC R). Más vale que los ingenieros de la marca hagan bien sus deberes con la próxima generación -de la que por cierto, ya hemos visto un prototipo: el MINI John Cooper Works Concept-, pues será difícil que sea tan divertido de conducir como este.

A favor…

+ Prestaciones

+ Comportamiento

+ Diseño

En contra…

– Equipamiento de serie justo

– Precio de los elementos opcionales

– Habitabilidad y capacidad de carga

Ficha técnica MINI John Cooper Works
Motor Cilindrada 1.598 cc
Cilindros 4 en línea
Potencia Máxima 211 CV / 6.000 rpm
Par Máximo 280 Nm / 2.000-5.300 rpm
Transmisión Caja de Cambios Manual, 6 velocidades
Tracción Delantera
Suspensión Delantera Tipo McPherson / Resorte helicoidal/ Barra estabilizadora
Trasera Paralelogramo deformable / Resorte helicoidal/ Barra estabilizadora
Dimensiones Longitud 3.729 mm
Anchura 1.683 mm
Altura 1.407 mm
Distancia entre Ejes 2.467 mm
Alimentación Tipo de Alimentación Inyección directa por conducto común. Turbo. Geometría variable. Intercooler
Peso Peso 1.215 kg
Prestaciones Velocidad Máxima 238 km/h
Aceleración 0-100 Km/h 6,5 seg
Consumos Urbano 8,5 l/100 km
Extraurbano 5,3 l/100 km
Combinado 6,6 l/100 km
Emisiones Emisión CO2 153 g/km
Precio Precio Oficial 31.700 euros
Texto: Nacho de Haro
Fotos: Alex Aguilar

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