PRUEBA: Mercedes GLA 220 CDI 4Matic

prueba Mercedes GLA

Nunca he sido partidario de los vehículos catalogados como SUV: creo que existen alternativas en el mercado que ya satisfacen cualquier necesidad que éstos puedan cubrir, bien sea un turismo familiar, un monovolumen o un todoterreno. Pero he de admitir que el Mercedes GLA tiene el honor de haber sido el primer coche de estas características que rompió mis esquemas ya que, nada más subir en él hace alrededor de un año, quedé impresionado con el conjunto, y pensé para mis adentros —tuve que mantener las formas y mi férrea postura SUVescéptica— aquella famosa frase de “quien fuera rico…”.

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La imagen exterior del GLA es espectacular, independientemente del ángulo desde el que lo observes. Sus musculosas líneas transmiten a la perfección la solidez que el coche ofrece a sus ocupantes, con una forma más cercana a la de un turismo que a la de un todoterreno -deriva del Mercedes Clase A (prueba)-, de estilo agresivo sin estridencias, que en mi opinión es el más acertado dentro de sus competidores -el recientemente restilizado Audi Q3 y el BMW X1 2015-.

Una vez completada la panorámica exterior del Mercedes GLA, llega el momento de introducirse en su habitáculo, que en la unidad probada viene equipado con el paquete exclusivo AMG —que cuesta 1.835 euros y que se combina con otro externo denominado línea AMG Line de 2.474— y que incluye, entre otros accesorios, tapicería de cuero negra con ribetes rojos, moldura frontal del salpicadero en aluminio, así como calefacción incorporada en los asientos delanteros, que además tienen ajuste lumbar de cuatro vías.

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Ya sentado en el puesto de conducción del GLA, me ha sorprendido gratamente lo sencillo que es encontrar una postura adecuada para circular -teniendo en cuenta que mi estatura es de casi dos metros-, gracias al ajuste tanto en altura como en profundidad de su deportivo volante y del asiento -de regulación eléctrica con función de memoria, un extra por el que tendrás que pagar 436 euros-, que recoge el cuerpo a la perfección en cualquier tipo de conducción, y que permite a sus huéspedes acusar menos el cansancio en grandes desplazamientos.

En cuanto a sus plazas traseras, es reseñable el espacio que ofrecen para las piernas -incluso con el asiento delantero regulado para mí-, aunque no sucede lo mismo en cuanto a su altura, que resulta algo angosta para los ocupantes de una estatura mayor a 1,80 metros, un peaje obligatorio derivado de la forma descendente de la carrocería en su parte final. Además, y como ocurre en casi todos los vehículos de su tamaño y características, la plaza central servirá para desplazamientos más bien cortos, debido a su forma.

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Siguiendo con el análisis interior del Mercedes GLA, existen ciertos elementos que resultan “disonantes” con el resto del conjunto del coche, como por ejemplo la ausencia de un climatizador bizona de serie -el GLA equipa un aire acondicionado semiautomático en su acabado básico, teniendo que desembolsar nada menos que 684 euros por el climatizador automático Thermotronic-, de una salida de aire para las plazas traseras o una pantalla táctil para manejar su sistema multimedia COMAND Online, que facilitaría su uso y permitiría suprimir el stick central, situado en una posición poco ergonómica para mi gusto y cuyo lugar podría ocupar el botón del freno de estacionamiento.

Llega el momento de poner en marcha el motor del GLA 220 CDI 4Matic, un cuatro cilindros diésel que cubica 2.143 cc y que arroja unas cifras de potencia y par de 170 CV y 350 Nm, respectivamente, gestionados mediante una caja de cambios de doble embrague de siete velocidades que pone en movimiento por defecto a las ruedas del tren delantero, y que puede acoplar el trasero mediante un embrague multidisco para dotar a este último de hasta un 50% del par disponible en función de las condiciones del terreno.

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Dentro de la urbe, la suspensión firme del Mercedes GLA no es impedimento para una conducción cómoda y sin sobresaltos, aunque es cierto que su cambio automático en ocasiones resulta algo brusco, y que la falta de ‘sangre’ del motor en la zona baja del cuentarrevoluciones -por debajo de las 2000 vueltas- en ocasiones transmiten una sensación de aglutinar menos caballos de los que reza su ficha técnica bajo el pedal. Fuera de la ciudad, nos encontramos ante un auténtico devorador de kilómetros: en trayectos largos por autopista, el GLA ofrece un aplomo fuera de toda duda, con una baja rumorosidad -que variará en función de los neumáticos empleados, en el caso de nuestra prueba del Mercedes GLA 220 CDI 4Matic, unos GoodYear Efficient Grip- y un confort de marcha que permite hacer grandes viajes sin terminar con el cuerpo descompuesto.

Por fin, llego a mi puerto de montaña de referencia, y antes de comenzar a rodar en él selecciono la posición ‘M’ del cambio DCT del GLA, que me permitirá emplear las levas del volante para engranar las sucesivas marchas a voluntad. Comienzo a avanzar y el GLA me sorprende gratamente: se trata del SUV con una conducción más cercana a un turismo de cuantos he probado. Su carrocería no acusa demasiados balanceos gracias a una excelente puesta a punto de sus suspensiones -de tipo McPherson para el eje delantero y de paralelogramo deformable en el trasero-, quienes actúan a la perfección junto a sus potentes frenos, que ofrecen un buen rendimiento y resisten aceptablemente la fatiga que supone frenar, a velocidades relativamente ligeras, los 1.595 kilogramos que pesa en vacío el conjunto del coche -algunos más serán, ya que este año, la operación bikini me la he saltado por completo-.

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Tras una breve parada para hacer algunas anotaciones y contemplar las vistas desde el alto del puerto de montaña, repentinamente caigo en la cuenta de que, pese a su excelente comportamiento más propio de un turismo que de un SUV, el Mercedes GLA también está pensado para hacer alguna que otra excursión al campo. Afortunadamente, el escenario elegido para el análisis lo tiene todo, y a tan sólo unos metros dispongo de una pista forestal en un estado óptimo en la que poner a prueba las capacidades del coche de la estrella para salirse ‘de lo negro’.

La circulación por caminos y pistas de dificultad baja no será un problema para el GLA, aunque habrá que tener cuidado de no aventurarse demasiado si las condiciones climatológicas o del terreno no son las mejores -la medida de 235/45 R19 de sus ‘zapatos’ no te ayudarán en dichas circunstancias-. Si te ves obligado a pasar por alguna zona más complicada de lo habitual, puedes optar por activar el modo ‘Off-Road’ a través del botón situado en su salpicadero, que te ofrecerá en la pantalla central datos como el ángulo de inclinación del coche y del giro de las ruedas delanteras -sólo disponible con la variante 4Matic del GLA, junto a su control de descenso DSR-.

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Se nos echa la noche encima y llega el momento de volver a casa, con una sensación agridulce en la boca… Por un lado, la calidad general del Mercedes GLA es incontestable, con unos acabados a la altura de la marca de la estrella y un dinamismo sorprendente para un vehículo de sus características. Por otro, ciertos detalles de equipamiento nos han parecido llamativos, en algunos casos por su rendimiento -como en el caso del COMAND Online, un excelente sistema multimedia de lo más completo- y, desgraciadamente, en otros casos por su desequilibrio con el conjunto general -como ya hemos mencionado con el climatizador o la ausencia de salida de aire en las plazas traseras-. Además, su consumo medio a lo largo de la prueba no se ha acercado al homologado por el fabricante, y en un uso combinado sin excederme con el pedal del acelerador he obtenido una cifra final de 7 l/100 km, un valor que no parece desorbitado pero que se aleja en más de dos litros del anunciado por Mercedes.

Pero sin duda alguna, el GLA no dejará insatisfecho a ningún comprador que se decida por él, aunque deba tener en cuenta que, a su precio base de 39.900 euros, deberá sumar tanto dinero como equipamiento opcional desee. La unidad probada por nosotros en estos días no irá a tu garaje por menos de 50.000 euros, pero si los SUV son coches de capricho, ¿por qué no dárselo en condiciones?

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Ficha técnica Mercedes GLA 220 CDI 4Matic
Motor Cilindrada 2.143 cc
Cilindros 4 en línea
Potencia Máxima 170 CV / 3.400-4.000 rpm
Par Máximo 350 Nm / 1.400-3.400 rpm
Transmisión Caja de Cambios Automática, 7 velocidades (DCT)
Tracción Total
Suspensión Delantera Tipo McPherson / Resorte helicoidal
Trasera Paralelogramo deformable / Resorte helicoidal
Dimensiones Longitud 4.417 mm
Anchura 1.804 mm
Altura 1.494 mm
Distancia entre Ejes 2.699 mm
Alimentación Tipo de Alimentación Inyección directa por conducto común. Turbo de geometría variable e intercooler
Peso Peso 1.595 kg
Prestaciones Velocidad Máxima 215 km/h
Aceleración 0-100 Km/h 8,3 seg
Consumos Urbano 5,9 l/100 km
Extraurbano 4,4 l/100 km
Combinado 4,9 l/100 km
Emisiones Emisión CO2 129 g/km (EURO VI)
Precio Precio Oficial 39.900 euros

Fotos: Álex Aguilar

1 Comentario

  1. Gran comentario el inicial, despues de eso ya no sigo leyendo.

    Las opiniones como los culos, todos tenemos una. Pero si empieza así un articulo pues mejor pasamos del tema.

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