Cualquier amante de los rallyes conocerá el alocado Grupo B del Campeonato. Un conjunto de reglas establecidas en los 80′ permitían a los fabricantes presentar prototipos con motores que alcanzaban los 400 CV con la única condición de que se llevaran a la producción un mínimo de 200 unidades. Pero esto se llevó un paso más allá y se permitieron los modelos ‘Evolution’, los cuales eran más exclusivos y sólo se requería que se fabricaran 25 unidades.

Audi Quattro Group S Prototype

Para el malestar de muchos y el respiro de otros, el Grupo B fue cancelado debido a la peligrosidad, hecha realidad en una serie de fatales accidentes en 1986 -Joaquim Santos con un Ford RS200, en el que murieron tres espectadores y el de Henri Toivonen con un Lancia Delta S4, en el que perecieron tanto él como su copiloto y que supuso el final- ocasionados por el exceso de potencia para las medidas de seguridad de la época y a las prolongadas sesiones de competición que a menudo se alargaban hasta bien entrada la noche. Pero antes de ello, los fabricantes preparaban sus nuevos vehículos para la que iba a ser la nueva categoría, el Grupo S, donde se partía de los ‘Evolution’ del Grupo B y se potenciaban hasta cifras superiores a los 800 CV con carrocerías donde la aerodinámica jugaba un papel fundamental.

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Antes de la desaparición del Grupo S, al mismo tiempo que el Grupo B, Lancia -legendaria en el Grupo B- tenía su prototipo de 800 CV denominado ECV2 y un equipo de empleados de Audi hizo lo propio, pero en secreto. El nieto de Ferdinand Porsche, Ferdinand Piëch, vicepresidente ejecutivo de Audi por aquel entonces, aprobó el proyecto, pero nunca lo presentó a los directivos de Volkswagen-Audi. A pesar de ello, se construyó un prototipo con tracción integral, 1.000 CV de potencia, carrocería de material plástico y bastidor tubular de acero denominado Audi Quattro Group S Prototype.

Se produjo en unas instalaciones que pertenecían a Porsche, desconocidas por aquel entonces, en Desna, en la República Checa, lugar perfecto al estar a 200 kilómetros de Praga, al otro lado del Telón de Acero. «En el momento en que cruzamos la frontera, sabíamos que estábamos a salvo. Sabíamos que no habría ningún fotógrafo o periodista escondido en los arbustos», manifestaba Roland Gumpert -fundador de la marca de automóviles Gumpert-, persona que estaba a la cabeza del proyecto. Este equipo mantuvo en secreto el desarrollo del prototipo, en secreto incluso para sus jefes, ya que cuando lo descubrieron todos los concepts fueron destruidos. Para producirlo, enviaban las piezas desde Alemania en contenedores etiquetados como «Kenya test» -para evitar que los espías y los mecánicos de la compañía- y el dinero para su desarrollo no estaba especificado en ningún libro.

Audi Quattro Group S 1000 cv

Un viejo reportaje sobre este radical prototipo nos aporta más detalles sobre el coche, su mecánica y su razón de existir y desaparecer. Todo surgió de la necesidad de desarrollar un vehículo con motor central -esquema que ya seguían sus máximos rivales en el campeonato de rallyes-, pero chocaba con la filosofía de evolución de la marca, aunque en Audi eran conscientes de la superioridad que estaban tomando sus rivales con esta arquitectura: «Sabemos que el Audi Quattro es bueno en rectas y curvas rápidas, el problema está en las curvas lentas y cerradas. Tenemos mucho subviraje debido al sobrepeso del eje delantero. Hemos visto en Peugeot lo que necesitamos; un motor central», manifestó Walter Röhrl.

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El propio Gumpert dirigió al equipo de ingenieros para el desarrollo de los prototipos y, aunque los vehículos de prueba se parecían al Audi Sport Quattro, aunque tenían una toma de refrigeración en el techo; incluso su motor era el mismo de cinco cilindros, consiguieron que su bloque, que se encontraba en posición central, alcanzara los 1.000 CV. Además del aumento de potencia, la colocación del propulsor permitía un mejor reparto de pesos, y una mejor manejabilidad.

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El Audi Quattro Group S Prototype iba a ser probado por el mismísimo Walter Röhrl en una solitaria carretera, no de Desna, sino en Salzburgo, Austria. Pero cuando el equipo llegó, un grupo de periodistas las estaban esperando, por lo que tuvieron que dar marcha atrás, cruzar la frontera y volver a Alemania, donde, concretamente en Baviera, encontraron una carretera secundaria asfaltada no muy bien conservada, con secciones rápidas pero también retorcidas, para el test. Alertados por el fortísimo sonido que desprendían los escapes del prototipo, una patrulla de la Policía lo detuvo, aunque permitieron que Röhrl diera media vuelta y se salvara de lo que hubiera sido el destape del secreto.

«Recuerdo que la carretera no estaba muy lejos de la frontera de Alemania. Ellos tenían tanto interés en que yo probase el coche que buscaron cualquier carretera apta, sacaron el coche y fui a por ello. Nadie se lo esperaba, por supuesto, pero después de 40 o 50 kilómetros bajé una cima y vi a la policía. Me detuve y les pregunté: ‘¿Por qué están aquí? ¿Estaban avisados que iba a venir a esta carretera?’ y dijeron: ‘No, no sabíamos nada de antemano. ¡Pero te estamos escuchando llegar desde hace 10 minutos!’ Querían tomar una foto pero yo les supliqué que no lo hicieran. Entonces dijeron: ‘Muy bien, señor Röhrl, no tomaremos fotografías y puede irse, ¡pero queremos verle hacer una salida propia de carreras!’ Fue un buen día», declaró Röhrl al respecto.

Sobre el coche, Walter manifestaba que había probado coches que necesitaban de 40 o 50 días para llevarlos al mismo nivel que el anterior vehículo, pero el Audi Quattro Group S Prototype no. «Sí, el motor lo sentía igual que el del Audi Quattro Sport E2, pero el manejo era totalmente diferente. Era mucho mejor en los tramos revirados y menos nervioso en las zonas rápidas».

Por desgracia para Gumpert, Piëch y Röhrl había un fotógrafo que inmortalizó el coche. «Habíamos estado molestando a Volkswagen todo el tiempo con nuestros éxitos en los rallyes y si queríamos construir y diseñar un nuevo concepto, entonces el Dr. Piëch tenía que preguntar antes del comienzo del trabajo «…» Y para entonces el Dr. Carl Hahn, de VW, ya le estaba diciendo a Piëch que Audi tenía que terminar pronto sus actividades deportivas. Entonces, en el periódico descubrió que en lugar de eso habíamos comenzado con el nuevo proyecto. Desoyendo órdenes, básicamente… «, expresó Gumpert.

Menos de 48 horas después de la aparición del coche en una revista australiana, se desmanteló el proyecto y se destruyeron todos los prototipos, o casi todos… «Fue tan decepcionante», declaró Walter, a lo que añadió: «Solo estuve un día de test e hice unos 180 kilómetros, pero incluso con esa distancia sabía que Audi había creado el coche más competitivo».

Audi Quattro Group S Prototype

Roland Gumpert, en su genialidad, mantuvo escondida una unidad del prototipo. Unidad que no aparecía en ningún registro oficial de la marca. Fuentes no oficiales mantienen que se crearon tres prototipos secretos de Audi para el Grupo S, por lo que se desconoce el paradero de uno de ellos.

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El que guardó Audi forma parte del museo Ingolstadt de Audi. Solo ha sido sacado para rodar en dos ocasiones: en el Eifel Rallye Festival de 2016, en el año que celebraba su 30 aniversario, y en Goodwood Festival of Speed de 2017.

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