El constructor estadounidense ha roto, por sorpresa, el preacuerdo que tenía con Magna y ha decidido quedarse con su filial europea. El Gobierno español espera mantener los acuerdos alcanzados días atrás.
El Consejo de Administración de General Motors, reunido ayer en Detroit, ha decidido cancelar la venta de Opel al productor de componentes austro-canadiense Magna y su socio, el banco ruso Sberbank. La firma americana quiere aprovechar la “evolución favorable” del sector y por ello invertirá 3.000 millones euros.
El ministro de Industria, Miguel Ángel Sebastián, ha dicho que cualquier acuerdo que se logre con GM sobre el futuro de Figueruelas no podrá ser peor que el obtenido con Magna porque “no vamos a volver a la casilla de salida”, manifestó.
En Alemania, el comité de empresa de Opel y el poderoso sindicato alemán IG Metall han convocado acciones de protesta en Europa. El ministro alemán de Economía, RainerBrüderle, ha calificado de “inaceptable” la decisión de GM. Además, ha pedido la devolución de 1.500 millones de euros ofrecidos anteriormente por el Gobierno alemán para apoyar la operación.