Las bajas temperaturas afectan más de lo que creemos a nuestros vehículos. Esa fina capa de nieve, o la escarcha que cubre la carrocería pueden hacer estragos en un coche y, con motivo de las bajas temperaturas que se están registrando este mes en toda la península, queremos indicarte cuales son las consecuencias del frío en nuestros coches. Ten en cuenta que la incidencia del clima no afecta de igual manera en días determinados o si el vehículo está expuesto a ello siempre.
Para empezar, los neumáticos y todas las piezas de goma que componen nuestro vehículo, como los sellos, burletes, molduras, correas, los manquitos del motor y los limpiaparabrisas pierden elasticidad por debajo de los 10ºC. Concretamente, la presión de los neumáticos desciende unos 0,07 bares -1 psi- por cada 5ºC de bajada, independientemente de si hace frío o calor.
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El contenido del depósito del limpiaparabrisas se congela a 0ºC si es agua, o a partir de -5ºC si es un líquido específico, ya sea con base de agua o no. Cuando comienzan los grados negativos, se forma hielo en el cristal y los limpiaparabrisas, los cuales pueden quedar pegados al cristal, e incluso pueden llegar a congelarse los bombines y cerraduras de las puertas, dificultando el acceso al vehículo.
En cuanto a los fluidos del motor, los aceites del tipo 20W se vuelven más densos a partir de -10ºC, mientras que los del tipo 10W aguantan hasta temperaturas de -40ºC. No te preocupes por el combustible o el líquido de frenos, estos no se congelan hasta que no superar temperaturas de -90ºC. El refrigerante, si contiene agua, comenzará a congelarse desde los 0ºC, pero se mantendrá líquido hasta los -35ºC, si el refrigerante contiene como mucho la mitad de agua. La batería, por su parte, sufre en su capacidad energética alrededor de los 0ºC, pero si supera los -10ºC, la capacidad se reduce a la mitad y dificulta el arranque del coche.
Y, ¿qué ocurre con los vehículos eléctricos?. Si posees uno de ellos, notarás que la duración de la batería se verá reducida en los días más fríos. Esto se debe a que el aceite que lubrica la transmisión se espesa, incrementado la fricción y provocando un descenso de la autonomía de las baterías.
Por otro lado, la función de frenada regenerativa puede no trabajar a su máxima capacidad debido a la temperatura, lo que se traduce en una reducción de la carga de las baterías. Además, el uso de la calefacción puede provocar que durante los períodos de más frio, reduzcamos la autonomía hasta en un 25%.
Una forma de solventar este inconveniente es compensar el precalentamiento del vehículo mientras se encuentra conectado a la red eléctrica. Esta función permite que el vehículo y la batería tomen algo de temperatura, facilitando el uso de la calefacción y desde la comodidad de un smartphone, gracias a una app programable.
Fuente: ABC