Cinco coches que perderían su esencia si tuvieran turbo

Cualquier amante de los coches conoce el trabajo de los turbos, los cuales se encargan de introducir el aire al motor de una forma más rápida y a mayor caudal que por sus propios medios. La tendencia ‘downsizing‘ está consiguiendo que los motores presenten menores cilindradas y turboalimentación para compensar la pérdida de potencia, pero existen fabricantes como Lamborghini y Aston Martin que se siguen manteniendo fieles a los bloques de aspiración natural.

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Por su configuración y por lo que son capaces de transmitir al volante, los grandes motores atmosféricos siguen cautivando a más de un entusiasta con su capacidad de aumentar revoluciones y su idoneidad para unas tandas en circuitos. Hoy os presentamos cinco coches que perderían su esencia si tuvieran turbo, ya sean por lo que representan o por los principios que el fabricante pretende transmitir con sus vehículos.

Lamborghini Huracán

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La última creación de la firma de Sant’Agata Bolognesa se llama Lamborghini Huracán y, como su predecesor, el Gallardo, sigue equipando el mismo motor V10 de 5,2 litros y aspiración natural, aunque reajustado para extraer 40 CV adicionales. La firma del toro es de las pocas que se sigue manteniendo fiel a los motores atmosféricos y, por suerte, el Audi R8 se beneficia de su motor por pertenecer ambas marcas al Grupo Volkswagen. Como ejemplo en su defensa diremos que Lamborghini ha fabricado uno de los vehículos más rápidos en Nürburgring, el Lamborghini Aventador LP 750-4 SV, por supuesto con motor V12 de aspiración natural.

Subaru BRZ/Toyota GT86

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Un rayo de luz para los detractores de los turbos. Cuando la alianza entre Toyota y Subaru (y Scion en Estados Unidos), trajo a la vida el Subaru BRZ y el Toyota GT86 ( y el Scion FR-S) parecía el vehículo de ensueño para muchos entusiastas. Tracción trasera, caja de cambios manual, neumáticos finos y motor bóxer de cuatro cilindros atmosférico de 2,0 litros y 200 CV, la fórmula perfecta para un buen rato al volante y ser práctico en el día a día. Muchos son los que esperan que algún día cuenten con motores turbo.

Mazda MX-5

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Un clásico de los motores atmosféricos. La tercera generación del Mazda MX-5 se presentó hace unos meses y sigue fiel a su diseño original, hace ya 25 años. Con un peso contenido, un motor de aspiración natural de 1,5 y 2,0 litros, transmisión manual y tracción trasera, hace las delicias entre los amantes de una buena carretera con curvas. Desde aquí pedimos que Mazda no cambie de opinión y mantenga el MX-5 fiel a su filosofía de diseño.

Nissan 370Z

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Tanto su predecesor, el Nissan 350Z, como el actual Nissan 370Z cuentan con un motor V6 atmosférico de 3,7 litros que entrega 328 CV y 363 Nm de par, en esta última generación. Es cierto que este bloque, con un turbo se convierte en un duro rival para los Porsche 911 Carrera GTS, pero ¿sería lo mismo? Tanto su sonido como el empuje progresivo de su motor de seis cilindros representan la esencia del 370Z. Para radicalidad y rendimiento, el Nissan GT-R y su V6 biturbo.

Porsche 911 GT3 RS

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Un icono de la aspiración natural. El Porsche 911 2016 dará el salto a la sobrealimentación en la mayoría de sus variantes, aunque Porsche ya ha confirmado que el 911 GT3 y el 911 GT3 RS se mantendrán fieles a su configuración atmosférica. La versión del clásico deportivo de la firma de Stuttgart destinada a los circuitos cuenta con un bloque de seis cilindros bóxer de 4,0 litros que entrega 500 CV de potencia, sumado a su inmejorable agilidad, lo convierten en todo un rival para la mayoría de deportivos del segmento, tanto dentro como fuera de los circuitos.

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