Desde Estados Unidos miran a Japón con recelo, puesto que el país oriental será el afortunado, y no el americano, el que reciba las cinco únicas unidades que se van a fabricar del Chevrolet Corvette Grand Sport Admiral Blue Heritage. Se trata de una edición limitada desarrollada sobre el Grand Sport, como su propio nombre indica, que por potencia y prestaciones se sitúa entre el C7 y el todopoderoso Z06.
Si el motor que empuja este muscle car sigue siendo el mismo, un V8 6.2 de 460 CV y 630 Nm que trabaja asociado a un cambio manual de seis marchas o a uno automático de nueve, GM Japón ha querido dotarle con un exterior diferente. Eso sí, no único, puesto que cualquier mortal, gracias al amplio catálogo de accesorios podría construirse uno igual. El color encargado de bañar este músculo cuerpo es el típico azul del Corvette. A él se le han añadido unos adhesivos en el capó y en los pasos de rueda delanteros, rojos y blancos, así como en el exterior de las llantas, que con su color negro combinan a la perfección con el rojo del elemento decorativo y con las pinzas de freno firmadas por Bembo. Asimismo, el paquete de fibra de carbono, opcional en la gama Corvette, pone la guinda a esta american pie.
El interior es presidido por unos poderosos y deportivos asientos tipo basquet tapizados en cuero y Alcantara, materiales nobles que se encuentran repartidos por todo el habitáculo.
Cada uno de los cinco afortunados japoneses deberán pagar 12.800.000 yenes, unos 108.300 euros al cambio. A priori puede parecer una cifra elevada, pero no lo es si tenemos en cuenta que solo es unos 5.900 euros más caro que el Corvette Grand base que se vende en Japón.
